Construida en el siglo XIII sobre
el centro religioso de la ciudad bajo el reinado de Fernando III el Santo y
terminada en la época de los Reyes Católicos, la Catedral de Toledo alberga un
verdadero tesoro artístico que resume el pasado de la ciudad y la convierte en
la más grande de todo el gótico español. Con casi 120 metros de altura y un
ancho de aproximadamente 60 metros, la Catedral tiene cinco pasillos y cruceros
grandes y, por su forma actual, se convierte en uno de los monumentos más
representativos de España. Su torre se eleva por encima del resto de edificios
de la ciudad y resalta por encima de todos los demás. El tronco central está
configurado por la conocida Campana Gorda, rodeada de ocho campanas menores,
cada una representando un santo.
Foto: Celia Morales Fernández Prieto |
La fachada principal dispone de
una única torre ya que la segunda nunca llegó a terminarse y en su lugar se
colocó una cúpula diseñada por el hijo del Greco, Jorge Manuel Theotocopuli y
una linterna octogonal. Tres puertas configuran la fachada: la del Perdón, la
llamada del Juicio Final y la de la izquierda,
la del Infierno. En el centro de la misma se puede observar la Última
Cena, la obra maestra del escultor Mariano Salvatierra Serrano.
La Puerta del Reloj, conocida
también como la Puerta de las Ollas, la más antigua de las puertas de la
Catedral destaca en la fachada norte. En la fachada sur encontramos dos
puertas: la llamada Puerta de los Leones o Puerta Nueva, haciendo alusión a los
leones que rematan las seis columnas y la Puerta Llana, construida en tiempos
del cardenal Lorenzana (1772-1800) y cuyo nombre se debe a la ausencia de
escaleras, un hecho que permite el acceso fácil de materiales en el interior.
Entre las capillas que configuran
la Catedral de Toledo, hay que mencionar la Capilla Mayor, fruto de una reforma
llevada a cabo en tiempos del Cardenal Cisneros y en cuyo centro se encuentra
un gran Cristo crucificado colgado del techo de la bóveda. A sus espaldas,
situado en la girola, está el Altar del Transparente, configurado por un
conjunto de elementos arquitectónicos: bronces decorados, esculturas, etc.
Pero, la más grande y a lo mejor la más importante, es la Capilla de Santiago,
fundada por don Álvaro de Luna como panteón familiar, una obra de estilo
gótico.
Foto: Celia Morales Fernández Prieto |
La Sala Capitular, otra de las
señas de identidad de la Catedral, fue ordenada a levantarse por el mismo
Cardenal Cisneros. La portada de acceso, de estilo gótico también, tiene el escudo de la familia Fonseca y en ella
encontramos imágenes de la Virgen María, San Juan y Santiago.
En el lado norte de la Catedral
resalta el Claustro, que forma un cuadrado perfecto, cada lado midiendo
aproximadamente 52 metros. Está edificado en el mismo lugar donde se asentaba
el famoso mercado de la judería y su primera piedra se colocó en el siglo IV.
Este majestuoso edificio presenta
la lógica superposición de estilos habidos en Toledo a lo largo de estos años.
Su interior es un museo histórico lleno de tesoros y más de 750 vidrieras de
los siglos XV y XVI iluminan este magno templo. Aquel que está interesado en la
cultura, el arte, la historia, etc. no puede dejar de rendir admirada visita a
la Catedral. La torre de la misma, que estuvo cerrada durante mucho tiempo, se
abrió nuevamente al público en 2011. En la misma, uno puede admirar la campana
Gorda, de 10 metros de circunferencia y 12 de altura, que supuestamente es la
más grande la Cristiandad. Las leyendas dicen que se rompieron todos los
cristales de la ciudad cuando sonó por primera vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario