José Carlos Sánchez Diez es presidente de Manufacturas Anframa S.A, una empresa fundada en 1970 y líder indiscutible en la fabricación
y distribución de objetos damasquinados en oro fino de 24 y 18 quilates, tanto
a nivel nacional como internacional. Nos hemos desplazado hasta Olías del Rey, la sede de la misma, para entender mejor cuál es la situación de la artesanía toledana
actualmente.
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José Carlos Sánchez Diez durante la entrevista |
¿Porqué ha decidido encaminar su trayectoria hacía este ámbito?
Mi relación con la artesanía toledana viene de
la rama familiar. He iniciado mi andadura profesional en el damasquinado a
través de mi familia hace 31 años y esta ha sido la razón de conectar con este
sector. Mi formación universitaria poco tiene que ver con este sector ya
que me he formado en informática.
Anframa es líder en la
fabricación y distribución de objetos damasquinados.
¿Cuáles son los principios
en los que se basa para mantener esta tradición vinculada al arte y a la
historia de la ciudad de Toledo?
Nos movemos fundamentalmente en el servicio de
nuestros clientes. La palabra “servicio” abarca un ámbito enorme: calidad, respuesta
al cliente, y de hecho una de las principales acciones que tome a cabo cuando
me hice cargo de la empresa fue una idea muy revolucionaria: dotar a la empresa de la Norma ISO. Se trataba de
una norma muy complicada puesto que aplicarla a una empresa artesana con todos
sus condicionantes no resultó fácil. Tenemos una capacidad de respuesta de cara
a nuestros clientes muy rápida, un hecho muy importante en nuestro sector ya
que el cliente necesita tener un estropajo muy amplio en su comercio. Todo
abarca calidad, servicio, formalidad y seriedad.
La crisis por la que
estamos pasando ha influido, claro está, en el turismo, el comercio y en los
demás sectores. ¿En qué situación se
encuentra la producción de los artículos artesanales en Toledo?
Si es cierto que estamos atravesando desde
hace cinco años una crisis muy importante, lo que ocurre es que afortunadamente el
turismo es de las pocas industrias que siguen funcionando en el país. Bien es
cierto que no como antes pero lo sigue haciendo. De hecho, este año ha
alcanzado 65 millones de turistas que es una cifra muy elevada para la
industria del turismo. Para la artesanía, ¿en qué repercute esto? Hay mucha
cantidad de turismo, no con la misma calidad de antes, claro está, pero esto hace que el producto se mueva y que
el artículo esté funcionando. Aunque no se vendan productos de mucha
importancia o de mucho precio como se vendían antes pero la cantidad de
artículos de pequeño precio hace que podamos alcanzar cifras razonables y que
podamos mantener nuestros negocios.
¿Cree que la fabricación de sus productos
influyen en la disminución de la venta de los artesanales?
No, en absoluto. Aunque nosotros estemos
trabajando el producto “maquina” como has comentado antes, para nuestra
fabricación de forma industrializado seguimos necesitando la aportación de los
artesanos. Es una labor fundamental
porque sin ellos no se podrían hacer los troqueles. El producto artesano con
respecto al industrializado tiene un cliente muy diferente, muy específico mientras que el cliente
“industrializado” es un cliente más masivo, que trabaja más con la cantidad que
con la calidad.
¿Hay artesanos trabajando actualmente para
Anframa?
Sí, en este momento tenemos cinco artesanos
que trabajan para nosotros de forma directa o indirecta.
¿Cree que se está perdiendo
parcialmente el valor del damasquinado toledano como consecuencia de la
aparición de la maquina?
Pienso que no, lo que si se echa de menos para
el producto artesanal es una coordinación en cuanto al futuro de la artesanía,
es decir, una escuela de damasquinadores por ejemplo. De hecho, nosotros hemos
sido la primera empresa que ha presentado a la Diputación el año pasado una
propuesta para la creación de una escuela artesanal con doce artesanos en
nuestras instalaciones. Estamos esperando todavía la aprobación. Creo que es
fundamental porque ahora los damasquinadores del trabajo manual se cuentan con
los dedos de la mano. Es el momento de hacer algo, pero ya de verdad, no
solamente hablarlo, quejarnos o lamentarnos sino poner en marcha una escuela ya
definitivamente a través de las instituciones o del gremio para poder salvar la
artesanía. Porque si esto se acaba lo vamos a notar todos.
¿Podría Anframa reactivar este proceso?
Sin duda. Además de la iniciativa que he
mencionado antes, hemos tenido alguna conversación para la creación de un Museo
de damasquinado en Toledo.
Anframa Manufacturas ha
firmado un convenio con la Fundación “El Greco 2014” para diseñar una línea de
productos destinados a promocionar con carácter internacional la iniciativa
cultural “El Greco 2014”. ¿ Cuáles fueron los objetivos planteados con la
puesta en marcha de este proyecto?
No queríamos dejar pasar la oportunidad que
hemos tenido en Toledo con este acontecimiento ya que el damasquino tenía que
estar presente en este evento. No solamente hemos querido reproducir artículos
con el logotipo "Greco 2014" sino que, a través de la ferias de artesanía
internacionales que hacemos en Europa y en el mundo, queríamos que este
producto esté presente a nivel
internacional. El acuerdo preveía que nosotros teníamos que relanzar el nombre
del Greco y la figura de Toledo como hacemos desde hace veinte años
aproximadamente. Llevamos el nombre de Toledo por todos los sitios del mundo.
En los carteles de Anframa en las ferias se menciona siempre a la ciudad de
Toledo.
Según los datos difundidos
por los medios de comunicación, "El Greco 2014" ha incentivado el turismo en
Toledo. En cambio, desde los pequeños comercios nos dicen todo lo contrario.
¿Cuál es su opinión al respecto?
Mi opinión en este sentido es que "El Greco 2014" ha dado mucho
nombre a Toledo. Nos ha venido muy bien, ha habido una afluencia de público
increíble pero, al ser un turismo de carácter nacional, digamos que el premio
gordo se lo ha llevado la hostelería. Todo lo que sume es bueno para la ciudad,
pero para la artesanía, nuestro porcentaje más elevado en venta es el cliente
extranjero, y esto no ha supuesto nada
excepcional ya que aproximadamente un 80% - 90% ha
sido turismo nacional.
¿Está de acuerdo que uno de
los males del comercio en Toledo es el llamado “turismo dirigido o manipulado”?
Para los pequeños comerciantes desde luego no
es nada bueno pero seguramente sí que procede, desde hace mucho tiempo, una
regulación ya que en este aspecto hasta
ahora no ha habido nada parecido. Podemos enfocar un poco esto como la discusión
del damasquinado a máquina y a mano. El
turismo dirigido y el turismo individual, el que va por libre, es completamente
diferente. Pero sí hace falta una regulación. Nadie se ha atrevido a poner el
cascabel al gato hasta ahora.